Aquello que guardabas

Ha llegado el momento mágico. El esperado. No lo puedo demorar más. Porque ahora sí, ahora estoy preparada. Puedo abrir Mi Caja.

No puedo pensar en lo que haré con ella una vez haya cumplido su cometido de transportadora de esperanza, cuando su contenido le haya arrebatado la importancia. Pero lucharé porque Mi Caja de cartón reutilizado no acabe en un contenedor, aplastada, destrozada, desangrada. Ahora ella y yo somos una, porque no es una caja cualquiera, ni un cartón cualquiera. Por eso es mi responsabilidad protegerla y cuidarla. Os lo he dicho, como El Principito con su Flor.

Le doy gracias a Mi Caja, y me dispongo a levantar sus solapas. Estoy sola, no quiero testigos. Es un acto íntimo. Personal. Algo entre Ella y yo.

Con suavidad, levanto el pequeño trozo de cartón. Luego el que se cruza. Contengo la respiración, y alzo las dos últimas solapas.

Mi Caja deja su corazón al descubierto. Y ahora, su corazón es mío. Lo siento, Caja, te estoy quitando la vida.

Ahí está. Por fin lo veo. Mi pequeño tesoro. Mis horas de trabajo, de disfrute, de ilusión. Mi esfuerzo, mi consuelo. Mi creatividad e imaginación. Mi alegría y mi vía de escape. Mi lucha contra el tiempo, mi batalla contra el desaliento. Mi promesa cumplida.

Ahí está. En forma de palabras, de folios, de papel impreso.

Esa parte de mí que me dispongo a compartir de nuevo.

Nos vemos.

Como el Principito con su flor

Mi caja de cartón reutilizada ya no está en el mueblecito de la entrada, ese en el que dejábamos las llaves al entrar en casa y en el que ahora abandonamos la mascarilla.

Se ha auto desplazado hasta la mesa del salón.  Eso, o alguien, a mis espaldas, la ha llevado hasta allí. El caso es que mi caja me está pidiendo que la abra.

La he estado examinando antes de tocarla. No es cuadrada, solo lo son dos de sus caras. ¿Cómo se puede mirar tantas veces una cosa y no ver nada?

Me siento como El Principito con su flor… tengo que cuidar de Mi Caja.

Me he atrevido a rozarla. Es más suave de lo que imaginaba. Me he lanzado a recorrerla con las manos, a palparla. Mi caja tiene cicatrices, tiene arrugas. Tiene la piel despellejada. Ha vivido. Tiene historia. Me gusta eso de mi caja. Me hace sentir que sabe lo que pasa.

Armándome de valor, he levantado Mi Caja. Despacito, para no asustarla ni desvencijarla, no está sellada. Mi Caja pesa más de lo que esperaba. Eso es un poco absurdo, en realidad, no esperaba nada.

Pero quiero saberlo todo de Mi Caja, así que he decidido pesarla.

He ido al baño, la he colocado sobre la báscula. Seis kilos. Exactos. Ni un gramo que la desequilibrara. No os miento. Una foto de mi móvil es testigo de su hazaña.

He ido al baño, la he colocado sobre la báscula. Seis kilos. Exactos. Ni un gramo que la desequilibrara. No os miento. Una foto de mi móvil es testigo de su hazaña.

Me he quedado asombrada por la perfección de Mi Caja. 

Mi Caja me supera. Me doy cuenta de que me engaña. O quizás sean mis sentidos los que me fallan. Al cogerla he pensado que igual no son dos de sus caras cuadradas. Tendré que medirla. No tengo regla. Mis manos servirán para evaluarla. Tiene un palmo de alto. No llegan a dos palmos el largo de sus caras. Y el ancho… Mi caja es más ancha que alta, solo tres dedos, pero no tiene dos caras cuadradas.

Mi Caja es más lista que yo. Según como se pone, te hace parecer que es cuadrada. Te hace pensar cosas que son falsas. Estoy empezando a sentir admiración por Mi Caja.

Esta noche pensaré. Y soñaré con Mi Caja. Con el porqué de sus formas, de su peso, de sus trazas.

Y mañana, cuando las dos hayamos descansado, mañana, abriré Mi Caja.

Nos vemos.

Un contenedor de esperanza

¿Alguna vez habéis sentido una absurda atracción hacia un objeto?

A mí me está pasando. Con una caja de cartón. Una caja de cartón vieja, con las paredes arrugadas y los bordes desgastados. De esas que se solapan las tapas. Con precintos medio arrancados, que ya no pegan nada y unas anotaciones en rojo que no entiendo. Un pelín mostosa. Una caja de cartón reutilizada.

Me tiene enganchada. Soy adicta a sus formas cuadradas.  He ido diez veces a la cocina a beber agua en media hora para pasar por delante y poder verla. Y de ahí, al baño, claro. Aprovecho y paro a mirarla. No la toco, ni acaricio. Bueno, la acaricio con la mirada.   

La he colocado en el mueblecito de la entrada, ese en el que dejábamos las llaves al entrar en casa, y en el que ahora abandonamos la mascarilla que nos protege y nos estorba.

Mi caja es una recién llegada. Le estoy dando la bienvenida.  Prolongándola.

Sé que la tendré que quitar de ahí. Sé también que la tendré que abrir. Sería interesante. Al fin y al cabo, dicen que lo importante es el interior, ¿no?

Pero ahora mismo, solo quiero disfrutar de mi caja, de ese pedazo de cartón reutilizado.

Es mi cofre del tesoro. La transportista de mis sueños. Mi contenedor de esperanza.

Por eso dejaré esa caja de cartón en el pasillo, en el mueble de la entrada. Porque quiero saborear cada segundo de esta nueva aventura que la vida me regala.  Porque disfrutar de cada segundo de ilusión es una fuente de energía para lidiar con el momento que nos está tocando vivir.

Nos vemos.

Recuperar la ilusión

Ha pasado mucho tiempo desde que compartí, por última vez, mis aventuras literarias de escritora novata en este blog, entornando la puerta de una época increíble para mí.

Porque fue una etapa feliz, llena de entusiasmo y de ilusión.

Presentación en Zaragoza, en el Teatro Principal, un momento precioso

Los momentos mágicos que viví, la emoción de las presentaciones de la novela (llenazos auténticos e inesperados), las personas que conocí, las que me apoyaron y compartieron conmigo cada uno de los pasos de una historia que resultó extraordinaria.

Recibí tanto cariño… y ahora, parece tan lejano.

Soy sincera, al igual que muchos, tras este periodo difícil e incierto que hemos vivido, no estoy en mi mejor momento.

Pero precisamente por eso, ahora más que nunca, tenemos que luchar por recuperar la ilusión.

Una vez más, superando al tiempo.

Y comienzo a hacerlo, de nuevo, compartiendo.

Nos vemos.

Una experiencia extraordinaria

DSC_0033 (2)Han pasado bastantes días desde la presentación de “Más allá de la Luz” en Zaragoza, y aún no os he contado nada. No es porque fuera mal, al contrario, fue estupendo. Volvimos a llenar, esta vez el hall del Teatro Principal, de conocidos y desconocidos, de ilusión y reencuentros.

Si no os lo he contado hasta ahora es porque tengo la sensación de que haciéndolo cierro una etapa increíble y no quiero que termine.

¿Sabéis la intensidad con la que he vivido hasta el  mínimo detalle del proceso? Lo que he sufrido y lo bien que me lo he pasado. Mi desesperación cuando he  visto que las cosas no se hacían como a mí me hubiera gustado y mi alegría al conseguir que se tuviera en cuenta mi criterio.

Todo lo que he descubierto y aprendido. Un mundo nuevo. Gente estupenda que he conocido y que ha sido un regalo para mí. Hadas de carne y hueso  que me han apoyado en cada paso que he dado, peleando y planificando conmigo. Cercanía, cariño, interés, estímulo… Tantas cosas buenas he recibido. Es tan grande la recompensa que he tenido…

Yo no pedía nada, sólo quería volcarme en conseguir un sueño. Y he descubierto que cuando sacas tu mejor yo, recibes también lo mejor de cada uno de los demás. Porque igual que el desánimo y el pesimismo se contagian, también la ilusión y la alegría se transmiten, y con más fuerza que un virus.

No os digo que esta aventura esté siendo fácil, tampoco lo es la vida, la de nadie. Pero sé que soy afortunada por todo lo que ha pasado. Y también por la capacidad que tengo de disfrutarlo, de ser consciente del momento en que vivo, de saborearlo y valorarlo en el instante en el que está pasando. Y de conservarlo en mi memoria.

 “Más allá de la Luz” no es ni será un best seller. Es un inicio. Pero a mí me llena  la acogida y las buenas críticas que está teniendo. El que se identifiquen con los personajes y me digan lo mal que les cae Patricia o  “pobrecico Eusebio”,  que han vuelto a su infancia, que se han enganchado y no lo podían dejar,  o que tenía que ser más largo y  a ver si escribo pronto la segunda parte…

Estoy abriendo puertas. Preparando el camino para lo que vendrá. No dejaré de luchar por mis sueños. Por escribir, superando al tiempo. Por transmitir ilusión en este mundo tan necesitado de ella. Y aunque hasta ahora no os lo he dicho, por defender a mi manera aquello en lo que creo. Y yo creo en la fuerza del aparentemente más débil, del que es bueno y tolerante y se aprovechan de él y lo marginan o maltratan,  del que no es popular ni poderoso.  De aquellos que por la inseguridad de sentirse diferentes no han descubierto todavía el tesoro que llevan dentro. Y que con un poquito de impulso, de ánimo y confianza, pueden creer en sí mismos, y ser la luz que nos hace mejorar el rumbo.

Va por ellos.

La prensa y yo

¿Queréis saber cómo han sido mis primeras (y quién sabe si últimas) relaciones con la prensa?

Curiosas, diferentes a lo que imaginaba. Os cuento.

¿Cuál es el principal problema de una entrevista al aire libre para un periódico digital?

Intentar no comerte el pelo.

 A ver, si con una mano sujetas el micrófono, que por cierto, pesa bastante, y en la otra sostienes tu novela, pareciendo una casualidad, como si siempre salieras de paseo con ella, ¿cómo te retiras el pelo de la cara si hace aire?

Te han advertido de que no puedes mover el micro porque entonces se escucharán ruidos, y no te vas a apartar el pelo de la cara arreándote un librazo. ¿Y si te metes una punta en el ojo?  Conseguirías un primer plano de la portada de la novela, pero no quedaría fino. Si además eres tan espabilada que te has puesto falda, te faltará una tercera mano para evitar dar un lamentable espectáculo.

Lo de contestar las preguntas después de tanto lío resulta una cuestión anecdótica.

 ¿Y qué ocurre con la prensa escrita? ¿Cuál es aquí el problema?

La hora.

No es cara a cara, te llaman al móvil. Te avisan que será a una hora. Estás preparada. Sentada a la mesa más grande de la casa. Que has llenado de papeles, por si tienes que consultar algo. Encierras a la familia en una habitación, para que no te pongan nerviosa y no hagan ruido mientras hablas. Se acerca el momento. Miras al móvil. Tiene rayas, hay cobertura. Cinco minutos. No suena. Compruebas si funciona. Diez, veinte minutos, media hora. Te marchas al sofá, sentada. Te vas tumbando. Te echas una cabezada. Después la siesta. No llaman. ¿Por qué?

Porque estabas preparada.

Al día siguiente estás empezando a vestirte, ligera de ropa, hasta descalza. Suena el móvil. El periodista. ¿Te va bien ahora? Sí, claro, por supuesto. Qué mentirosa. En la vida te ha venido peor. Te entran los nervios, tratas de que no te salga la risa floja. Menuda situación surrealista. Empieza a preguntar. Y tú sin chuletas. No sabes ni lo que dices, pero vas contestando.  Las fotos se hacen un poco antes de la presentación de la novela y hasta te saca bien. Y te da la contraportada del periódico.

 Sé que he tenido suerte. Los dos periodistas que me han entrevistado eran muy agradables y majos. Yo se lo agradezco, te dan a conocer y te acercan a la gente. Es expuesto, y por eso haces nervios. Confieso que no estaba incluido entre mis pequeños hitos de escritora novel esto de las relaciones con la prensa, no era uno de mis sueños, algo en lo que hubiera pensado. Es una consecuencia.

Pero estoy contenta, porque también de estos momentos he disfrutado, y los incluyo en mi lista de recuerdos curiosos y buenos de esta increíble aventura que estoy viviendo.

Presentacio´n Ma´s alla de la luz No creo que me entrevisten para la presentación de “Más allá de la luz” en Zaragoza. Mi Zaragoza es muy grande, y yo muy desconocida y pequeña, insignificante. Pero allí, si queréis, nos veremos. Este martes 26 de mayo, a las ocho de la tarde en el hall del Teatro Principal. Yo ilusión, llevaré a capazos. Si somos pocos, estaremos anchos y en familia. Y si somos alguno más,  apretadicos y genial.

Nos vemos.

http://www.diariodeteruel.es/noticia/63939/los-ninos-de-mas-alla-de-la-luz-no-son-heroes-son-ninos-corrientes-e-imperfectos

http://www.ecodeteruel.tv/?p=66639

Sueños desbordados

Seguro que hay algo que os da pánico. ¿Serpientes?, ¿arañas?, ¿ponerte faldas y olvidarte de que no te has depilado?

A mí me daba pánico el acto de la presentación de la novela al público. Y es que yo no soy profesional de esto, ni político, ni relaciones públicas. Soy de andar por casa, novata, y más bien tímida.

Para empezar me aterrorizaba que no viniera nadie. La librería Senda en Teruel me parecía un lugar espantosamente  grande, no me atrevía a decirles que igual era suficiente con presentarlo en el cuarto de la fotocopiadora.

Después me angustiaba emocionarme, que se me hiciera un nudo en la garganta, intentara hablar y no me salieran las palabras. Algo así como hacer el ridículo.

Y por último me preocupaba no estar a la altura de las circunstancias, aburrir a la gente, expresarme mal, tartamudear o utilizar muletillas repitiendo las mismas palabras.

Os podéis hacer una idea del miedo que tenía. Pero había algo superior al miedo, infinitamente más fuerte, y era mi ilusión, mis ganas de compartir “Más allá de la Luz”, de disfrutar de la compañía de tantas personas que desde que dije que me publicaban la novela me han estado animando y apoyando.

¿Os cuento cómo ha sido la presentación de “Más allá de la Luz” en Teruel?

entrando gente
Entrando gente

Un llenazo. Como sardinas en lata, la mayoría de pie, apiñadicos. Con el aire acondicionado estropeado, achicharrados. Pobrecicos míos. Hubo gente que no pudo entrar, ni empujando.

Gracias, gracias, gracias. Es que no sé si me merezco tanto. Tantísima gente, tanto  interés y cariño. Tantas sonrisas que te ibas cruzando con los conocidos… Qué bonito.

Como era de esperar me emocioné al poco de empezar. Pero fue un segundo, me recuperé y seguí como si nada, aún no sé de dónde saqué las fuerzas. Confieso que no me da vergüenza haberlo hecho. Soy así, qué le voy a hacer.

IMG-20150515-WA0006Creo que la presentación estuvo bien. Pedro Rubio, escritor y maestro, hizo una introducción preciosa, dejándome impresionada por todo lo que había descubierto en el libro. Me lo tendré que volver a leer.

Y yo… yo qué me sé, disfruté. Veía sonrisas y a la gente atenta. Alguna que otra incongruencia contaría. Intenté ser breve, no fuera a desmayarse alguno de tanto calor.  Fui como soy, hablé de mi libro, y de cómo surgió.

Y después vino la larga fila de firmas, besos y abrazos. No debí de ser nada convencional, ya os lo he dicho, a todo el mundo quería abrazar o dar un par de besos.

Pido disculpas por mi mala letra en mis dedicatorias, incluso si cometí (seguro) alguna falta de ortografía, lo que es imperdonable en un “escritor”.  Pero la ilusión, los nervios y la inexperiencia, forman una mezcla explosiva. No sé si volveré a vivir una situación igual, ojalá, pero desde luego, tendré que hacer caligrafía.

Empecé este blog cumpliendo sueños, la realidad los está superando. Ahora sólo falta que a alguno le guste la novela.

INFINITAS GRACIAS DE NUEVO.

Nos vemos.

Un instante mágico

A veces la vida se mide en momentos, buenos o malos, pero intensos, en los que el tiempo se detiene y nos regala unos segundos congelados, que no olvidamos con los años.

Pueden ser  acontecimientos importantes, como ver el primer aliento de un hijo, o tan simples como una noche que descubriste que el cielo tenía estrellas, o alguien te dio un abrazo inesperado. También pueden ser desagradables, si no olvidas a ese amigo que por la calle te volvió la cara, o cuando por nervios diste una contestación mala.

Todo suma o resta, de esa cuenta que nos hace más o menos felices.

Yo hoy he sumado.

He vivido un instante mágico. Igual os parece ridículo, para mí como “escritora” ha sido impresionante. He entrado en Teruel a una librería… y he visto por primera vez  “Más allá de la Luz”. En el mostrador, al lado de la caja.

¿Cómo os lo explicaría? He  sentido un pinchazo en el pecho, una especie de angustia, pero bonita. Y he acabado con agujetas en la cara de tanta sonrisa.

20150508_110025Me he liado a hacer fotos desde todos los ángulos, mientras una clienta alucinaba, pensando que me iba de la bola.

Estoy contenta de que me haya impactado, de no necesitar mil aplausos para obtener buenos segundos congelados. Porque momentos como estos son los que te sirven de impulso y de ánimo. Te sirven de borrador de los momentos malos. Y hacen que disfrutes de la aventura en la que te has embarcado.

Dentro de poco, será la presentación  en Teruel de “Más allá de la Luz”. Este próximo jueves día 14 de mayo, en la librería Senda. A las 20,00 horas. Confieso que estoy nerviosa. Pero sé que voy a estar muy bien acompañada y respaldada. No será cuestión de números,  sino de lo que importa, de todo el cariño y apoyo que en este camino he ido encontrando.

Nos vemos.IMG-20150508-WA0007

Cumpliendo sueños de forma inesperada

Estos días, de manera imprevista, se me han hecho realidad un par de sueños, y aunque aún no lo he asimilado del todo  (por eso estoy tardando un poco en contároslo), lo comparto con vosotros, porque así decidí hacerlo.

El momentazo en el que te entregan la novela impresa.

¿No os ha pasado que os habéis imaginado cien mil veces la escena de algo muy deseado y luego la realidad ha sido totalmente diferente? La de películas que nos montamos en la cabeza… La mía incluía mesas redondas, palabras emocionadas, y una lagrimita por mi parte.

¿Queréis saber cómo ha sido el ansiado episodio  en el que por fin ves por primera vez a tu criatura? Fugaz. Tres minutos. De pie, sin sentarnos. En plan traficante, ladrón de bancos, o divulgador clandestino de octavillas  en tiempos de censura. Con deciros que dejé a la familia aparcada en doble fila en una calle de un solo carril, con la policía local multando a la vuelta de la esquina…

Mi momentazo se quedó en un momentico.PORTADA

A veces las cosas no resultan como pensábamos, pero no por eso dejan de ser buenas. Al fin y al cabo, qué más dará el momento del parto, si la recién nacida ha salido con buen color, está proporcionada y tiene un aspecto estupendo. Lo bueno si breve, dos veces bueno, no es cuestión de irse emocionando con cada uno de los hitos de un aspirante a escritor.  Así espantas pajarillos de la cabeza, recuerdas ser humilde y  tener los pies en la tierra.

Eso sí, os paso una foto, para que le vayáis poniendo cara a la niña.

El sueño al que había renunciado por retrasarse el parto de la criatura.

Sí, lo confieso. He cumplido mi sueño de ver en la celebración del día del libro la fila de lectores esperando a la firma de ejemplares… en el puesto de al lado (literalmente cierto, “Volviendo a Canfranc”, a mi vera, estuvo arrasando). Lo que pasa es que mi madre finalmente no pudo venir a ponerse de gancho. Me gustaría haberos avisado, pero no me lo creí cuando unas horas antes me lo insinuaron. Pensaba que iba de broma, el libro no estaba a la venta, recién salido de imprenta, ¿cómo empezar la casa por el tejado?.

Pero claro, por si acaso, como estaba en Zaragoza, me pasé a comprobarlo. Y no era broma. Ahí estaba “Más allá de la Luz”, entre otros libros de la editorial Comuniter, apiladicos, muy bonitos y ordenados. Ojalá hubiera podido ser en Teruel también.

FERIA DEL LIBRO 1

¿Qué se siente en un momento así? Ilusión. Y muchos nervios, tantos que acabé con un dolor de cabeza tremendo. La verdad es que estaba atontada, descolocada. No soy rápida de reflejos. En un pis pas me metieron al stand, y me vi firmando ejemplares. A mi achicharrada familia, por supuesto, que aguantó estoicamente la solana, acompañándome en el acontecimiento.

La experiencia, a pesar de la jaqueca, fue increíble. Hasta vendí algún libro, lo que siendo desconocida e invisible, no deja de ser una hazaña. Aprendí un montón observando. A veces me quedé cortada, sin decir palabra. Y también en algún momento, hablé más de la cuenta y metí la pata. Ya sabéis, soy nueva en esto,voy de novata. Pero ser parte de aquello fue impresionante. Sentirme una de ellos, sentirme escritora, y no aspirante a serlo.

Y al final la realidad supera los sueños.

Porque lo mejor siempre es el lector de carne y hueso. Y yo tuve el privilegio de presenciar el mágico momento en el que “Más allá de la Luz” atrajo, ella solita, a su primera lectora, sin que tuviera ninguna relación conmigo. Era una chica joven. Con dos amigos. Tomó la novela en sus manos, examinándola. Le dio la vuelta y leyó con atención la contraportada. Yo estaba conteniendo la respiración, pero no me pude aguantar más, y le comenté que era la autora. ¿Sabéis que me contestó? Que era lo mejor que había visto en toda la feria. Ojalá le guste al leerlo.

Igual a los autores consagrados que se hartan de vender ejemplares les parece una tontería. Para mí fue mejor que un sueño, y un aliciente para seguir adelante con más ilusión si cabe.

No puedo imaginar un final mejor para un día de leyenda.

Espero que “Más allá de la Luz” esté pronto en las librerías, todavía no ha llegado. Os avisaré.

Nos vemos.

Lo que es y lo que no es

Vamos a jugar a lo que es y lo que no es. Me refiero a la novela “Más allá de la Luz”.

Es una novela de aventuras.

Os adelanto la contraportada:

Dragones y bestias, seres mitológicos que pueblan nuestras leyendas, pero también las iglesias y monasterios de toda Europa… ¿Fueron producto de la imaginación de millones de personas o realmente existieron? Y si lo hicieron, ¿por qué y cómo desaparecieron? O quizás…

 Cuatro alumnos hallarán la respuesta en una trepidante aventura que se inicia en una excursión escolar al monasterio de San Juan de la Peña. Amistad, valor, tolerancia… sentimientos que cobrarán fuerza y les ayudarán a sobrevivir en un peligroso camino,  superando sus miedos y descubriendo lo mejor de sí mismos.”

Y como habéis visto, le hace guiños al género fantástico.

No es un cuento de hadas, aunque podría haber alguna.

Para mí el reto ha sido tratar de hacer creíble lo increíble, conectarlo con la realidad, por eso no es una novela de fantasía al uso.

Es una historia «posible», entre comillas, ya os he dicho que hablamos de fantasía.

Porque se inicia y desarrolla en un lugar real, el Monasterio de San Juan de la Peña, en Huesca,  y su universo se sitúa en nuestro mundo, y no en uno alternativo o en otra dimensión. Porque sus protagonistas, Mónica, Patricia, Blanca y Eusebio, son niños normales, de carne y hueso, y son héroes con defectos. Porque trata de buscar una explicación  posible (siempre dentro del terreno de la imaginación) a la desaparición de los seres de leyenda.

 No es un pozo de sabiduría

No se trata de una excusa para divagar sobre el destino del hombre, del mundo, y sus criaturas. Solamente ficción y aventuras.

 Pero tiene fondo

Porque a veces no sabemos quiénes son las bestias, y quiénes los humanos. Porque no sabemos con certeza dónde acaba la memoria y dónde empieza la fantasía. Porque tenemos un pasado del que aprender, pero que se ha de superar y mejorar. Porque las relaciones humanas no son sencillas, y menos para los niños y los jóvenes. Porque dentro de todos siempre hay una luz que encender que nos permite sacar lo mejor de nosotros mismos.

Y por eso tiene un poco de fábula

 No es un ladrillo

No se venderá a peso, ni habrá que llevarlo a casa en carretillo, o servirá como arma arrojadiza de defensa personal. En definitiva,  que no tiene  quinientas páginas.

Es una de esas historias que se puede leer de un tirón (o dos o tres)

Tiene ciento setenta y cuatro páginas. Ojo, que sé de quién se lo ha leído de una sentada hasta las tantas de la madrugada.

Espero que la próxima vez que os escriba, ya tenga “Más allá de la Luz”  en mis manos, y falte menos para que el que quiera, pueda pesarlo.

Nos vemos.